LA PENITENCIA
Nos devuelve la vida divina perdida por el pecado.
La confesión individual e íntegra de los pecados graves seguida de la absolución es el único medio ordinario para la reconciliación con Dios y con la Iglesia.
Los efectos espirituales de este sacramento son:
- La reconciliación con Dios por la que el penitente recupera la gracia.
- La reconciliación con la Iglesia.
- La remisión de la pena eterna contraída por los pecados mortales.
- La remisión, al menos en parte, de las penas temporales, consecuencia del pecado.
- La paz y la serenidad de la conciencia, y el consuelo espiritual.
- El acrecentamiento de las fuerzas espirituales para el combate cristiano.
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