El orden sacerdotal
El orden sacerdotal le otorga a los hombres la facultad para ejercer los sagrados ministerios en títulos de diáconos, sacerdotes o obispos. El sacerdocio es el sacramento de la nueva alianza y le da al hombre la capacidad de consagrar y ofrecer el cuerpo y sangre de cristo durante la misa. Este sacramento lo reciben las personas que se sienten llamados por Dios a dedicarse a este importante trabajo. La vocación al sacerdocio también implica el celibato.
Grados del sacerdocio
Desde los orígenes, el Ministerio Ordenado fue conferido y ejercido en tres grados, insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia, sin ellos no se puede hablar de Iglesia:
Los Obispos. Son los transmisores de la semilla apostólica. Tienen la plenitud del sacramento del Orden, están incorporados al Colegio Episcopal. En cuanto sucesores de los apóstoles y miembros el Colegio Episcopal, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia, enseñan y gobiernan bajo la autoridad del Papa, sucesor de San Pedro y cabeza visible de la Iglesia.
Los Presbíteros. Están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales. Son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos, forman en torno a su obispo el Presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada.
Los Diáconos. Son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia, no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el Ministerio de la Palabra, del culto divino, del Gobierno Pastoral y del servicio de la caridad, tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su obispo.
EJEMPLO DEL SACRAMENTO DEL ORDEN SACERDOTAL:
El orden sacerdotal le otorga a los hombres la facultad para ejercer los sagrados ministerios en títulos de diáconos, sacerdotes o obispos. El sacerdocio es el sacramento de la nueva alianza y le da al hombre la capacidad de consagrar y ofrecer el cuerpo y sangre de cristo durante la misa. Este sacramento lo reciben las personas que se sienten llamados por Dios a dedicarse a este importante trabajo. La vocación al sacerdocio también implica el celibato.
Grados del sacerdocio
Desde los orígenes, el Ministerio Ordenado fue conferido y ejercido en tres grados, insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia, sin ellos no se puede hablar de Iglesia:
Los Obispos. Son los transmisores de la semilla apostólica. Tienen la plenitud del sacramento del Orden, están incorporados al Colegio Episcopal. En cuanto sucesores de los apóstoles y miembros el Colegio Episcopal, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia, enseñan y gobiernan bajo la autoridad del Papa, sucesor de San Pedro y cabeza visible de la Iglesia.
Los Presbíteros. Están unidos a los obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales. Son llamados a ser cooperadores diligentes de los obispos, forman en torno a su obispo el Presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del obispo el cuidado de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada.
Los Diáconos. Son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia, no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación les confiere funciones importantes en el Ministerio de la Palabra, del culto divino, del Gobierno Pastoral y del servicio de la caridad, tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su obispo.
EJEMPLO DEL SACRAMENTO DEL ORDEN SACERDOTAL:
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